Curso: 3º A
Érase una vez un duende muy feo que trabajaba en un castillo real, donde todos eran muy bellos. Como el duende era muy envidioso robó todos los espejos que había en el castillo, para que nadie pudiese creerse más bello que él. El duende insultaba a todos para hacerles sentirse feos. Pero una niña de tanto llorar hizo un charco en el que se reflejaron el duende y ella. Ambos salían distorsionados en el reflejo. Entonces la niña le dijo al duende que ninguno era más perfecto que el otro, que a los ojos de Dios todos eran iguales.
(99 palabras)
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