Profesor
Hoy, por fin, te he reconocido. Eres ese que tanto tiempo llevo buscando. Sí, Sí; no te escondas debajo del lavabo. Ahora eres inconfundible para mí. No huyas ¡cobarde! Mañana, espero encontrarte de nuevo camuflado, ensimismado; inalcanzable en tu mirada. Tal vez, algún día, podamos ser buenos amigos. ¿Quieres?...
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