Curso: 4º A
Había una vez un niño que se llamaba Oliver. Tenía 11 años. Su sueño era ser el mejor jugador del mundo. Un día se enfrentó contra el inigualable portero Benyi al que nadie le había marcado un gol. Entonces se dispuso a decirle que si le iba a marcar un gol. Entonces tiró, Benyi la despejó pero Oliver de un gran salto remató con la cabeza. Benyi volvió a despejar. Oliver cazó la pelota con otro cabezazo. Benyi chocó contra el poste y se hizo sangre, el balón entró y fue gol. A los pocos días Benyi estaba curado.
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